En todo origen hay una madre. En el mío está Gabriele,
una de las pioneras en hablar de alimentación saludable cuando sólo lo hacían cuatro gatos. Qué tiempos aquellos…
El caso es que, preocupada por los hábitos alimentarios de los suyos, me presentó a su hijo Jordi en una reunión familiar…
Y conectamos. Yo lo llamo amor a primer sorbo.
Quedó tan impresionado por mi sabor y mis propiedades,
que cambié el rumbo de nuestras vidas.
¿Y si pudiera convertirme en el refresco
más deseado del mundo?